Diario de una pandemia.

Hace dos años un señor chino fue al mercado a comprar murciélago para cenar una sopita. Total, ¿qué mejor que una sopita de murciélago para levantar el ánimo? Seguro que todo iría mejor después de esa sopita. 

¿Dónde está el murciélago? me han engañado como a un chino.

2020 y 2021 pasarán a los anales de la historia como algo muy anal, ciertamente. Y 2022 pues quién sabe qué nos deparará. Tú pensarás que qué bien, ahora que me he vacunado, ya podré hacer vida social, podré volver a ligar, podré retomar mis planes vitales....¡Error! ¡Grave error! Ya no tienes excusa para esconderte. La gente te preguntarán qué has hecho toooodos estos meses. Lo sabrán todo de tí: que has estado haciendo el vago, así sin más y que eres un procastinador nivel Dios. Deberás mentir si quieres ocultar tu vagancia, holgazanería, falta de propósitos y decoro (te has puesto ceporro total). Deberás disimular y mostrar indiferencia ante los logros de tus colegas, que bien seguro sobrepasarán con creces a los tuyos. Te has acostumbrado a ser un asocial. A mirar por la ventana y a ejercer de policía de balcón. Porque mientras tú estás tan ufano de haber colgado dos putas estanterías del Ikea, uno de tus amigos ha pintado la capilla sixtina, otro ha aprendido sueco mientras ha hecho un máster en literatura eslava, el tercero se ha construido un reactor de fusión nuclear casero, otro se ha leído las obras completas de Emmanuel Kant, mientras descifraba la conjetura de Poincaré. Tú te viniste arriba con el curso de canto por fascículos de CCC que tenías guardado desde 1996. Aprendiste a cantar resistiré pero te equivocaste de versión y estuviste cantando la de Barón Rojo. También empezaste un curso de guitarra (has llegado a tocar la primera estrofa de clavelitos con una sola cuerda) y otro de introducción al MSDOS, que te han dicho que tiene mucho futuro. También has obtenido un doctorado Honoris Causa por la UMCM (Universidad de Mis Cojones Morenos) en visualización de videos de gatitos monos. Vamos, en resumen, que te has rascado los güebos a base de bien ¿Pero qué han hecho tus conciudadanos?. Todo, lo han hecho todo.

Nuevas vocaciones: 

1. Cantantes:

Eso sí, aunque cantas bastante mal (cosa que confirman las notas anónimas en el buzón y las bombas de napalm en el rellano y las tarántulas en el marco de la puerta), el confinamiento no te ha sentado tan mal como a "otros" cantantes. Al sherpa de los anteriormente mencionados Barón Rojo o a Miguel Bosé se les ha ido la olla y ya está en órbita transneptuniana. 

Te preguntas por qué la gente hacía tantas obras durante el confinamiento. ¿Era normal? ¿disponía el Leroy Merlin suficiente material en stock como para abastecer toda esa cantidad de manitas sobrevenidos? ¿Tan mal estaban los pisos para que todo el mundo entrase en una especie de catársis carpinterística? ¿Por qué sonaban martillos hidráulicos en el 15B? Demasiadas preguntas sin respuesta. 

2. Policías de Balcón: 

Gente dispuesta a lapidarte sin compasión por ir andando por la calle, le han cogido el gustirrinín a eso de hacer cosas nazis. 

- ¿Qué haces tú por la calle? ¿Qué no sabes que hay toque de queda?

- Señora, que voy a trabajar.

- Ya, ¿y de qué trabajas?

Y así la señora podía empezar un interrogatorio digno del agente más eficiente de la Gestapo.

Una policía de balcón gritando: "¡Imbécil!¿Qué haces por la calle?"

Negacionistas:

Mientras la mayoría de la población huye más rápido que Usain Bolt cuándo se le acerca alguien a menos de dos metros, o si traspasa esa distancia de seguridad o directamente le arrojan ácido sulfúrico, otra parte de la población se dedica a darse besos y a decir que todo es un complot urdido por unas élites con oscuros intereses. La pandemia no existe según ellos (deben vivir en un universo paralelo o para lelos), se llama plandemia y vivimos en una dictadura sanitaria. (Nota mental: post sobre conspiranoicos)

"Sois cómplices de la dictadura sanitaria"

Obras en casa: 

Está claro que a muchos conciudadanos les ha dado por buscar en youtube todos los vídeos del bricomanía. De hecho Bricomanía ha monetizado tanto, que ahora mismo vale más que todo Youtube. 

Acaparadores de Papel higiénico: 

En un momento, al principio de la pandemia, pareció que el papel higiénico sería en nuevo patrón oro, y la FED abandonaría el dólar para dedicarse al papel higiénico. ¿Qué narices le pasó a la gente con esas ganas locas de acaparar toda la celulosa disponible del planeta en su retrete? ¿Tenían miedo de que una pandemia letal los cogiese por sorpresa y quedasen para la posteridad sin decoro. 

Pfizer y Astra-Zeneca: 

vacunas que te hacen parecer magneto, por que cualquier pieza metálica se te engancha (busca la verdad en Youtube, que no solo sirve para mirar videos de gatos monos). 

Todo saldrá bien: 

Una mentira como cualquier otra. 

Me he vuelto a cansar de escribir

Adeu, amenazo con volver.